Los medios de comunicación son un elemento configurador de gran importancia en la
realidad social actual. Formados por los medios escritos, los medios de
comunicación oral, y fundamentalmente la televisión.
La
prensa y revistas de información general, de divulgación y especializadas en prácticamente
todos los campos del saber, constituyeron una primera piedra de la información
global; los medios orales se encontraron con la barrera física de la trasmisión
de las ondas, pero la tecnología de los satélites artificiales acabó con ella
de tal modo que las imágenes de las emisiones televisivas llegaron a ser rápidamente
universales.
Esta
comunicación universal, inmediata, consecuencia de la tecnología de los últimos
veinticinco años es un factor determinante que altera y modifica las relaciones
sociales entre individuos, estados y sociedades, pero también la estructura del
conocimiento y la interpretación de la realidad social. Digamos como ejemplo
que la cuestión del multiculturalismo es una forma pacífica de buscar la
acomodación de tantos elementos culturales contradictorios existentes en la
sociedad mundial; y que muchos de los conflictos bélicos existentes responden a
este mismo factor, tanto como a factores económicos y de poder.
Porque
en esta época de conocimiento expandido, ampliado, por no decir global como
sinónimo de total, el poder también estriba en el dominio de las interpretaciones
dominantes de la realidad, del control del conocimiento de la sociedad (no solo
técnico), en el control en definitiva de los paradigmas que sirven como marcos
de referencia para la jerarquización e interpretación de la realidad.
Los
medios de comunicación proporcionan casi la totalidad de la información
conocida y recogida por los individuos a través de sus contenidos, y también a
través de estos reciben la mayoría de los elementos culturales, deportivos,
sociales y científicos, que representan el caldo nutriente del mundo relacional
de los individuos.
El espíritu crítico, reconocido como tal,
tampoco es necesario porque puede ser sustituido por el espíritu mediático
que proporciona información contrastada, evaluada, certificada de la crítica que
debe acompañar a determinada información; de lo que es políticamente correcto
-decimos hoy-.
Lo
que el espíritu mediático nos da sin ambigüedad es el criterio valorativo que
debemos aplicar a los fragmentos de conocimiento o de realidad. En definitiva,
'un criterio valorativo, jerárquico, que sirve para interpretar la realidad
social', es decir, un imaginario social.
Retomemos
aquí el aspecto fundamental que quería resaltar en este punto; la capacidad
socializadora, en sentido estricto, de este nuevo imaginario social.
Los
medios de comunicación tienen gran capacidad socializadora para los jóvenes en
la fase de socialización intensa, que remataría hacia los quince años, y
caracterizada según Piaget por la capacidad de elaborar un discurso crítico
alternativo; fase que no todo individuo llega a alcanzar necesariamente.
Pero
la complejidad de los contenidos específicos en cantidad y especialidad es
tanta que hace que hoy el período de socialización sea continuo, de ahí la
necesidad de todos los adultos del grupo de seguir actualizando sus
conocimientos y criterios; por eso comenzábamos hablando de la socialización
realizada por los medios de comunicación con los adultos.
Los
jóvenes, desde pequeños atienden a la pantalla del televisor, completada por la
mini pantalla de los videojuegos y más la pantalla 'amiga' del ordenador y de
la red... con intensidad diaria, recibiendo contenidos, proporcionados por los
medios de comunicación, que van configurando sus esquemas valorativos, jerárquicos
y sus conocimientos sobre la realidad social.
Una gran variedad de funciones de los medios afecta nuestra vida diaria. Los medios de comunicación juegan un papel diferente para los individuos y la sociedad en su conjunto. Los mensajes suelen verse afectados por la forma de los medios. Algunos mensajes tienen un impacto inmediato, mientras que otros traen consecuencias de largo alcance
La
situación actual no estriba en que estos contenidos contravengan a los
proporcionados por los padres o por las escuelas ayudando a una socialización
contradictoria, sino que sean los medios de
comunicación los que proporcionan los contenidos básicos y las actualizaciones
en contenidos y jerarquizaciones para los adultos que no son expertos en los
temas tratados.
vigilancia (periodismo, detectar y advertir peligros), correlación (se da una interpretación) y transmisores de la herencia social (educativa de una generación a otra). yina villarreal 1101
ResponderEliminarvigilancia (periodismo, detectar y advertir peligros), correlación (se da una interpretación) y transmisores de la herencia social (educativa de una generación a otra).
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